El presidente Donald Trump abrió su primera reunión de gabinete cediendo la palabra a Elon Musk, a quien defendió de cualquier posible oposición dentro de su equipo. Aseguró que aquellos que no estén de acuerdo con sus políticas de recortes y supervisión «se pueden marchar». Trump reiteró su apoyo al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), dirigido por Musk, y minimizó cualquier resistencia a sus métodos.
Musk presiona a funcionarios con medidas de control
Siguiendo instrucciones de Musk, la Oficina de Gestión de Personal (OPM) envió un correo a tres millones de funcionarios federales exigiendo un informe de sus tareas, advirtiendo que podrían ser despedidos. Sin embargo, algunos departamentos informaron a sus empleados que no estaban obligados a responder. Esta estrategia ha generado tensiones en el gabinete, donde algunos miembros ven la presencia del magnate como una injerencia.
Trump y Musk justifican despidos para reducir costos
Musk argumentó que su labor es de «asistencia técnica» y que sin recortes el país caería en bancarrota. Aseguró que la mitad de los empleados federales ha respondido al correo y advirtió que aquellos que no lo hagan podrían ser despedidos. Trump respaldó la medida y denunció la existencia de empleados fantasma en el Gobierno. Mientras tanto, la tensión en el gabinete sigue en aumento.